domingo, 27 de septiembre de 2009

Uno de lingüistas

Lingüistas

Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió hacia la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas, filólogos, semiólogos, críticos estructuralistas y desconstruccionistas, todos los cuales siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemática.De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:—¡Qué sintagma!—¡Qué polisemia!—¡Qué significante!—¡Qué diacronía!—¡Qué exemplar cetororum!—¡Qué Zungenspitze!—¡Qué morfema!La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas.Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: “Cosita linda”

Mario Benedetti

4 comentarios:

sav dijo...

Muy bueno.

Pulgoso dijo...

No sé, me importa un pito que las taquígrafas tengan los senos como polisemias o significantes; una diacronía de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento a zungenspitze o con un aliento exemplar ceterorum. Soy perfectamente capaz de soportarles un sintagma que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las taquígrafas que pretendan seducirme!

Lau dijo...

jaja muy bueno... che, muy Oliverio Girondo lo tuyo, no? :P jejejej

hasta el dominio del domingo dominó dijo...

Sinceramente, tienes un espacio que detiene y lleva..
Saludos,